LOS HOMBRES LOS VIDEOJUEGOS, LAS CHICAS LAS MUÑECAS

Las nuevas tecnologías en las que nos encontramos cada vez más inmersos, algunas presentan, en este caso los videojuegos, estereotipos.

¿Son un simple escaparate las mujeres o deben ser consideradas, al igual que los hombres, como un cliente comercial? Cuantas más mujeres jueguen, más se abre el mercado del videojuego, por tanto debe analizarse la imagen que de éstas se proyecta.

Gametrack, en uno de sus informes del año 2014, afirmaba que en España el 47% de los jugadores son mujeres.

Habitualmente las apariciones de personajes femeninos en los videojuegos son escasas. En el 2013, según la revista IGN, el 6% de los juegos las protagonistas son mujeres, un dato relativo e impactante. Además, se las refleja como seres o vulnerables o exuberantes. Por ejemplo, en la década de los 80 en el juego Damisela en apuros, ésta debía ser salvada por un hombre, Mario. Por otro lado, está el papel de la mujer con unos atributos físicos importantes, además de estar vestidas con la menor ropa posible. ¿De verdad las mujeres sólo sirven para eso? De la misma forma que Mario puede salvar a la dama, en el caso contrario también sería posible, ¿por qué no?

No obstante, también existen juegos en los que los hombres aparecen con poca ropa.

El principal problema son los productores. Un ejemplo claro lo encontramos en el año 2013, el juego Remember Me, cuya protagonista era una mujer, sus creadores se opusieron a sacarlo a la venta solo y exclusivamente por ese motivo, por darle prioridad a un personaje femenino.

Por eso, para acabar con estas diferencias, las industrias de los videojuegos tienen que conseguir un término medio, sin embargo, también se necesita que trabajen más mujeres en la producción de los videojuegos, y así con dos puntos de vista, el de los hombres y el de las mujeres, finalmente se conseguiría el objetivo.

Ya en el año 2014 se mostraba el déficit de mujeres que trabajaban como creadoras de los juegos, pero si lo comparamos con el año 1989 en el que solo el 3% eran mujeres, podemos observar como ha ido creciendo ese porcentaje.

Las sociedades han ido progresando y con ellas los derechos de las mujeres. Es incoherente que a las chicas que jueguen se las juzgue como “raras”. Aunque nos encontremos en el siglo XXI tenemos una imagen muy interiorizada sobre la mujer que utiliza esos “juegos de chicos” para entretenerse, y no es otra que una chica “friki” y marginada socialmente. Fu Olmos, una de las integrantes del grupo True Gamer Girl, afirma: 

Cada vez que me meto a jugar online y descubren que soy mujer, recibo algún insulto del estilo «vete a fregar» o «me has ganado porque se ha puesto a jugar tu novio». Hay un techo de cristal. Las mujeres no podemos acceder a ciertos cargos o trabajos y nuestros sueldos son más bajos. Esto se tiene que acabar y hay que criticarlo. Es un debate necesario.

True Gamer Girl lo conforman mujeres españolas que pretenden parodiar y satirizar la imagen que se les ha dado. Creen que es necesario que esa imagen se normalice.

¿Por qué para los chicos gamers no empleamos estos términos al describirlos? ¿Por qué los videojuegos tienen que ser solo una cosa de hombres? ¿Por qué la sociedad es a veces tan retrógrada en este sentido? Al fin y al cabo todos somos personas, sí, con diferencias físicas, pero eso no implica tratar a la mujer como un objeto en los videojuegos, ni tampoco tacharla de un “ser extraño”, solo porque tengan gustos parecidos al de los hombres.